viernes, 31 de enero de 2014

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EL MISTERIO DE LA ANTIMATERIA CADA VEZ MÁS CERCA

 
Es la primera vez que se consigue generar suficiente antimateria como para enviar un haz de antiátomos a distancia, en concreto, casi tres metros desde el punto de emisión. En total, el experimento Asacusa del CERN ha generado 80 átomos de antihidrógeno, idénticos a los del hidrógeno convencional pero con cargas opuestas.

Si esos 80 antiátomos llegasen a tocarse con otros 80 de hidrógeno se desintegrarían en un estallido de luz que, aunque espectacular, no podría acabar con el Vaticano como en las fantasías de Dan Brown. Sin embargo, este experimento puede servir para algo mucho más importante: estudiar en detalle las propiedades de una esquiva sustancia que puede explicar por qué existe un universo con planetas, vida y cualquiera de las cosas que necesitamos los humanos para evolucionar.

La antimateria nunca se ha observado en el universo y la que conocemos se ha fabricado en laboratorios en la Tierra. Hace dos años el
experimento del CERN Alpha consiguió atrapar antimateria durante 16 minutos, lo que en principio permitía estudiar en detalle esta sustancia. Pero los fuertes campos magnéticos necesarios para estabilizarla ocultaban sus características, que se observan con técnicas de espectroscopía. Esta técnica permite medir la energía que despide o absorbe un átomo o un antiátomo. Gracias a un nuevo sistema con campos magnéticos no uniformes, los responsables de otro experimento del CERN, el Asacusa, han logrado generar un haz de antimateria. Cada átomo de antihidrógeno está hecho de un positrón y un antiprotón, es decir, el reverso del hidrógeno convencional que es el átomo más sencillo que conocemos con un electrón y un protón. Este átomo es uno de los mejor conocidos por los físicos, señala el CERN en una nota de prensa, por lo que también hay posibilidades de poder estudiar y conocer ahora en detalle las propiedades energéticas y cinéticas de los rayos de antihidrógeno y su estado cuántico.

"Estamos desando reiniciar los experimentos este verano con una instalación mejorada", ha explicado en un comunicado del CERN Yasunori Yamazaki, uno de los líderes de la colaboración
Asacusa. El equipo describe su logro en un estudio publicado en Nature Communications. Ahora el principal objetivo es estudiar las propiedades espectroscópicas del antihidrógeno, que en teoría deberían ser idénticas a las del hidrógeno, señala el CERN. Si no es así, si la antimateria es diferente en algo a la materia (aparte de la carga), se abriría una puerta a un terreno de la física totalmente desconocido. Si hubiera igual cantidad de materia y antimateria, ambas se habrían aniquilado dejando solo un descomunal e inerte estallido de luz. Sin embargo en el origen hubo un desequilibrio entre ambas que permitió a la materia (la que hace los átomos que componen tus ojos, el ordenador y el resto del mundo visible) ganar la guerra y hacer estrellas, planetas, personas.

Autor:   Nuño Domínguez
FUENTE:  Materia Publicaciones Científicas

Hace 13.000 millones de años, durante los primeros instantes de existencia del universo, tuvo lugar una batalla a muerte entre dos ejércitos descomunales. De un lado, la materia, los precursores de las partículas que hoy conforman las estrellas, los planetas o a nuestros vecinos. En el otro bando, la antimateria, partículas idénticas a las anteriores pero con carga opuesta que hacen honor a su nombre. Cada vez que una partícula chocaba con su antipartícula, ambas se desintegraban en un estallido radiactivo.

Los cosmólogos saben que las fuerzas estaban igualadas hasta el extremo. Sus modelos muestran que del gran estallido inicial surgió la misma cantidad de materia que de antimateria, una situación nefasta para un universo como el que hoy conocemos. De haberse mantenido la igualdad, las partículas de materia habrían seguido chocando con sus némesis, desprendiendo radiación y haciendo imposible la formación de galaxias o mundos como el que habitamos.

Sin embargo, algo desequilibró la pelea y, poco a poco, la materia ganó terreno y aniquiló a la antimateria. Aún no se sabe cómo ocurrió, pero los científicos creen que la clave puede estar en el neutrino, una partícula con una masa tan diminuta que hasta hace poco más de una década se consideraba inexistente y tan poco dada a interactuar con el resto de la materia que podría atravesar un bloque de plomo de más de un año luz de grosor. En algún momento del enfrentamiento, la diferente forma de interactuar del neutrino con materia y antimateria decidió el desenlace de aquel conflicto primigenio. 

Si las teorías cosmológicas más aceptadas tienen razón, el neutrino sería una especie de superhéroe que salva al mundo pero no quiere figurar. La curiosidad de los científicos, sin embargo, no va a permitir que el elemento fundamental en la guerra del Big Bang quede en el anonimato. De momento, se ha planteado que los neutrinos decisivos fueron unos parientes pesados de los que hoy conocemos que existían en los primeros momentos tras el gran estallido. Su desintegración se produciría dejando tras de sí solo materia, rompiendo así el estricto equilibrio inicial. 

Autor:   Daniel Mediavilla
Fuente: Notiweb

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